miércoles, 16 de junio de 2010

¿Qué es el amor?

Todas las personas que concozco creen algo en el amor, pero todas creen en un amor diferente al que creo yo. Hay personas que creen en un amor ideal, con principes y princesas, otras personas creen en un amor temporal, otras en un amor con contratiempos y otras que creen en un amor eterno, lleno de consecuencias buenas y malas.

El amor, definitivamente existe, es como las personas que creen en Dios, no saben a ciencia cierta si existe, pero algo les dice que así es. El amor para ellos es parecido a eso, algo que no sabes que existe a ciencia cierta, pero que sabes que está ahí.

Conozco a una chica que al parecer nunca se ha enamorado. Pero ella afirma que algún día va a encontrar a un chico especial, que la haga a ella sentirse especial. Aquel chico será el único, como en las pelis románticas, donde te enamoras a primera vista y toda tu relación con esa otra persona es un cuento de hadas. Pero creo que esas ideas no existen, siempre hay un primer amor, antes o después, pero en la mayoría de los casos siempre hay una persona que te hace daño, una persona que te ciega, de la que te enamoras locamente y luego te da la puñalada trapera y te deja el corazón hecho añicos. Los siento, pero eso es ley de vida. Suerte tienen los que han encontrado a su mitad, a su príncipe o princesa a la primera y no han tenido que sufrir en su búsqueda, pero creo que también es un buen método para hacerte más fuerte en la vida. Sí, es algo que realmente te fortifica y así, a la próxima no te afectará tanto como aquella primera vez.

Silvia se encontró un día totalmente desanimada tirada en la cama viendo peliculas con las que llorar una tarde de verano. Aquel día no tenía ganas de hacer nada, sabía que sus amigas habían salido a la playa a tostarse al sol, pero a ella no le apetecía nada, no estaba de humor, simplemente eso. Era una persona muy ingenua y se dejaba llevar por los sentimientos de los demás. Si alguien a su alrededor estaba mal, a ella la afectaba de tal manera que también se ponía triste, y dejaba de hacer montones de cosas. De repente le sonó aquella melodía, La casa por el tejado de Fito y los fitipaldis, que ella había seleccionado como tono de llamada.
- Oh no...
En la pantalla del teléfono citaba, Ángela, una de sus inseparables amigas. Lo coge.
- ¿Si?- dijo con voz entrecortada.
- Silvia, soy Ángela, hace un día increible y tu estás metida en casa, ¿cómo es eso?
- No tengo ganas de nada chicas, lo siento.
- Anda venga, o vienes tu solita o te vamos a sacar de las orejas, tu verás.
- Está bien, en 10 mintuos estoy allí. Estáis donde siempre ¿no?
- Si, hija si, donde si no- dijo su amiga más animada.
- Vale, un beso- se despidió Silvia.
- Adiosito

A los 10 minutos Silvia estaba camino a la playa, con su vestido blanco de lino y un bikini azul celeste que se transparentaba bajo la delgada tela. Llevaba un bolso de felpa repleto de accesorios para la playa, toalla, crema solar, otro bikini, gafas de sol, cartas, la cartera, el móvil y un borsalino de paja, regalo de sus amigas.
Al llegar a la playa vio a sus amigas en el sitio de siempre, al lado de un grupo de chicos, muy guapos, ya morenos por el sol. Ella se fijó en uno de ellos, un chico alto, de cuerpo atlético, moreno, con el pelo un poco largo y descolorido por el ardiente sol de verano. Estaba jugando a las palas con otro de sus amigos, cuando de repente la pelota salió completamente disparada, yendo a parar justo a la cabeza de Silvia.

- Oh! Lo siento! ¿Estás bien?- dijo el chico, mientras corría en dirección a la chica aturdida por el golpe.
- Si, si no te preocupes, estoy bien- Silvia estaba avergonzada con la situación.
De mientras las amigas de Silvia, viendo la situación, decidieron no hacer nada y dejar que el destino cobrase su deuda.
- Por cierto, me llamo Guille- dijo el chico sonriendo y dejando aparecer una oredenada hilera de dientes blancos.
- Ah, si yo soy Silvia, y tengo un chichón en la cabeza- dijo ella correspondiéndole a la sonrisa.
- Entonces creo que debería acompañarte a coger hielo al bar para que no se ponga peor.
- Está bien- dijo la chica algo extrañada.

Después de estar largo rato en el bar, hablando de todo y más, los dos jóvenes decidieron quedar en verse otro día. Intercambiaron teléfonos y se despidieron con un beso en la mejilla.
Tras todo lo que restaba de tarde Silvia empezó a tener dolor de cabeza, quien sabe si por culpa del calor, el golpe de la pelota o por culpa de aquel chico.

A las 11 de la noche, recibió un sms: Sigo pensando en que tal estará tu chichón, lo siento de veras, pero si no fuese por eso nunca te hubiese conocido. Gracias pelotita maldita. xD
Silvia estaba realmente emocionada, y se sumió en un profundo sueño, dejándose caer en brazos de Morfeo.

Tras varios meses viendo a aquel chico, Silvia cada mañana se despertaba con una sensación de frescura, se sentía ligera y le encantaba recibir todas las mañanas un sms recordándole lo genial que era, y lo mucho que él la quería. Era una sensación inexplicable, ¿hormigueo? no, pero una sensación de necesidad hacia otra persona, hacia él, hacia Guille. ¿Eso qué era? ¿Eso era lo que todos llamaban amor? Eso sólo lo saben Silvia y Guille.

2 comentarios:

  1. Manda cojones! jajajajaja.
    Mola mucho Dorita!!! :-)
    Is this love, Is this love I can feeling!!!! xD

    ResponderEliminar
  2. ohhh que bonito Dora ;)


    Cazu xD

    ResponderEliminar